Batman y la protección de los animales
Foto: Batman Camargo
Batman vive en Colombia, más exactamente en Fagua, una vereda muy tradicional y campestre de Chía, municipio que queda a las afueras de Bogotá. Este Batman no viste de negro, ni sabe artes marciales, no es millonario, tampoco vive en una mansión; su mano derecha no es Robin, es Flash. No es Bruce Wayne debajo de su supertraje. Es Batman Roberto Camargo, un animalista apasionado por lo que hace, y su hermano es Pink Floyd Flash Camargo.
Combate el crimen, pero en vez de salvar a los ciudadanos de villanos, defiende a capa y espada a animales indefensos y maltratados. Vive en una casa campestre que funciona como sede principal de una fundación que ayuda a más de mil mamíferos regados en distintas regiones del país. Batman tiene la ley y la justicia a su favor…al menos casi siempre, a veces sí necesita la máscara.
Batman se crió en su casa, nunca fue al colegio. Sus padres le permitieron, ya mayor, escoger su nombre y le inculcaron valores como el amor, el respeto y la tolerancia, los cuales le quedaron grabados y los tiene muy presentes a la hora de hablar de los animales. Hace unos años, el veganismo le cambió la vida. Para su salud y tranquilidad emocional, no come una sola proteína animal, no usa cuero, ni lana, ni nada que esté testeado en los que considera como miembros de su familia.
La iniciativa
Un día en Chía, su pueblo natal, luego de una corrida de toros que se salió de control, en la que se arrojaron piedras a la policía, hubo algunos tiroteos y bovinos heridos, decidió, junto con algunos de sus amigos, crear una organización legalmente constituida para luchar por los derechos, no sólo de los toros, sino de todos los animales, esta se llamó PATA (Protectora Ambiental contra la Tortura Animal). Recibe a todo tipo de especies, desde hámsteres, pasando por conejos, gallos de pelea, caballos, gatos y perros, hasta ratas de laboratorios.
El proyecto se extendió rápidamente por todo el país y reunió desde el 2010, un año después de su fundación, hasta hoy, a otros países como México, Perú, Ecuador y Venezuela, pero la crisis de este último generó que nuevamente los perros y demás mascotas fueran abandonados en las calles venezolanas.
El peculiar nombre de este personaje y su iniciativa, llamaron la atención de varias personas. Recibió el apoyo de la alcaldía de Chía y de la Gobernación de Cundinamarca. Presenta proyectos de ley en relación con el control de fauna callejera, y la fundación participa activamente generando un referendo antitaurino.
Le ofrecieron ser concejal de Chía, a lo cual accedió sin dudarlo; incursionó en la política y esta decisión casi que le exigía un cartón de bachiller, así que pagó 40 mil pesos para presentar las pruebas de Estado, hizo un examen de validación y a sus 23 años empezó una carrera profesional, Ingeniería de Alimentos, en la UNAD.
Las ayudas que su institución ofrece, son la adopción y el rescate. Batman, por supuesto, no se queda atrás. Casos de maltrato han llegado a conmoverlo a tal punto de adoptar 12 perros en su casa.
Con su labor de rescate, salvó a Fernandinho, un bóxer que fue rescatado de la basura; lo habían sacado de una tienda de perros por el simple hecho de enfermarse. Luego, está Chopi, una perrita que fue atropellada por un camión y le fracturó la cadera, Batman la cuidó hasta que tuvo una perfecta recuperación. Encontró en un humedal a Neira junto a sus 10 cachorros a los que dio en adopción. Está El Jefe y Yemaima, que mientras les daba hogar de paso, se encariñó y decidió quedarse con ellos. Tiene a Luna, una bóxer que fue rescatada porque la usaban para pelas de perros y, por último, uno de los casos más tristes y dolorosos que es el de Estrella, una perrita a la que salvó de las garras de un violador de animales; esta tardó dos años en asimilar que su nuevo dueño no le quería causar más daño.
La acción directa, como lo llama Batman, es una actividad que consiste en todo un operativo de rescate. Si sabe que en una vivienda los animales están siendo maltratados, se pone su máscara, y trata de darle la oportunidad de tener una mejor vida.
Por: Daniela Espitia
@daniespitiah
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