10 curiosidades del marketing que transformaron marcas
- Revista La Gran Sabana

- 10 sept
- 2 Min. de lectura
El marketing siempre ha tenido algo de magia, una mezcla entre creatividad, intuición y riesgo que, en muchos casos, ha definido el rumbo de las marcas más poderosas del mundo. Detrás de los logos, los anuncios memorables y las campañas virales, se esconden historias llenas de curiosidades que demuestran que las grandes ideas a veces nacen de accidentes, errores o decisiones inesperadas.

Coca-Cola, por ejemplo, no siempre fue marrón. En sus primeras fórmulas, la bebida tenía un tono verdoso debido a los extractos naturales. El color rojo icónico llegó después, cuando los barriles de la gaseosa se pintaban para diferenciarlos de los de alcohol. Una simple decisión logística se convirtió en uno de los códigos visuales más potentes del planeta.

El famoso “swoosh” de Nike costó apenas 35 dólares. Diseñado por una estudiante, Carolyn Davidson, se transformó en un símbolo global de movimiento y victoria. Con el tiempo, Nike recompensó a la diseñadora con acciones de la empresa, reconociendo que su trazo sencillo había marcado la historia del branding.

Volkswagen conquistó América con un auto pequeño. La campaña “Think Small” de 1959 rompió con la lógica publicitaria de la época. Irónicamente, fue creada por un equipo de publicistas judíos para una marca alemana, poco después de la Segunda Guerra Mundial. Ese gesto de audacia redefinió la comunicación moderna.

No todas las jugadas resultaron tan calculadas. Pepsi en Filipinas, en 1992, enfrentó una crisis millonaria al anunciar como número ganador de una promoción el 349, sin notar que millones de botellas llevaban ese mismo código. La protesta social fue masiva, pero el caso se estudia hoy como ejemplo de gestión de crisis.

Algunos cambios nacieron del instinto. Marlboro, inicialmente promocionado como cigarrillo femenino, encontró en el “Marlboro Man” la fuerza de una masculinidad aspiracional que disparó sus ventas. De forma similar, Apple mordió su manzana para que no pareciera una cereza, jugando con la metáfora entre “byte” y “bite”.

Otros encontraron en el arte su salvación. Absolut Vodka convirtió su botella transparente en un ícono cultural gracias a colaboraciones con artistas como Andy Warhol. Mientras tanto, GAP aprendió en 2010 que el poder de la nostalgia era mayor que la modernidad, cuando tuvo que regresar a su logo clásico tras un fracaso de imagen.

Red Bull entendió antes que nadie que no vendía bebida, sino experiencias. Invirtió en deportes extremos y cultura urbana, construyendo un estilo de vida alrededor de su marca. Y Starbucks tomó inspiración de Moby Dick para crear un nombre que evocara viajes y aventura, transformando el café en un ritual global.
Estas historias confirman que el marketing no se trata solo de vender, sino de contar relatos capaces de trascender generaciones. Lo que comenzó como anécdotas se convirtió en pilares de identidad, demostrando que detrás de cada gran marca hay siempre una curiosidad que la potenció.

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