Mina de Sal de Nemocón, Colombia – Guía Turística Completa
- Revista La Gran Sabana
- 25 sept
- 18 Min. de lectura

Historia de la Mina de Sal de Nemocón
La Mina de Sal de Nemocón tiene más de 500 años de historia, con orígenes que se remontan a la época precolombina. Mucho antes de la llegada de los españoles, el pueblo indígena Muisca ya extraía sal de este lugar mediante técnicas artesanales, evaporando salmuera para obtener sal sólida. De hecho, la región de Nemocón (nombre que en lengua chibcha significa “lamento de guerrero”) fue un centro de producción de sal y escenario de intercambios comerciales: los muiscas usaban la sal como moneda de trueque con otros pueblos indígenas, cambiándola por productos como oro, textiles o coca. Esta riqueza salina atrajo pronto el interés español; en 1537 los conquistadores de Gonzalo Jiménez de Quesada entraron en territorio muisca, tomando control de las salinas tras enfrentamientos con los indígenas locales. Durante la Colonia, la corona española administró la explotación de sal por su alto valor económico, estableciendo un monopolio y asegurando que la sal de Nemocón contribuyera al erario real y al desarrollo de la región.
En 1801, el científico alemán Alexander von Humboldt visitó las salinas de la Sabana de Bogotá y recomendó por primera vez la explotación subterránea de la sal en Nemocón. A partir de principios del siglo XIX se implementó el sistema de cámaras y pilares para extraer la sal en gran escala, convirtiendo a Nemocón en la primera mina de sal subterránea explotada en Colombia. Durante los siguientes 150 años, casi todos los habitantes de Nemocón vivieron de la actividad minera; se calcula que unos 8–9 millones de toneladas de sal fueron extraídas de sus galerías a lo largo de la historia. La sal de Nemocón no solo se usaba para la alimentación (conservar y condimentar alimentos), sino también para la elaboración de productos textiles, jabones, medicamentos, vidrio y más, lo que refleja su importancia económica y social para la región y el país.
La mina operó comercialmente hasta mediados del siglo XX: cerró sus labores industriales en 1967, tras 152 años de explotación formal continua. Después de décadas de abandono parcial, en 2005 se reabrió como un complejo turístico y museo subterráneo, gracias a un proyecto de recuperación apoyado por entidades gubernamentales. Desde entonces, la Mina de Sal de Nemocón se ha convertido en un patrimonio cultural vivo. Sus túneles y cámaras hoy conservan la memoria histórica de cinco siglos de minería, al tiempo que ofrecen a los visitantes una experiencia educativa y mística bajo tierra. En reconocimiento a su valor histórico, cultural, científico y turístico, en 2024 se impulsó un proyecto de ley para declararla Patrimonio Cultural de la Nación. Actualmente, la mina es un símbolo de identidad para Nemocón y un atractivo destacado de Cundinamarca, donde la historia minera se entrelaza con la tradición cultural y religiosa local.

Recorrido Turístico por la Mina
Entrada a la Mina de Sal de Nemocón a través de las Puertas Alemanas, estructura de madera construida en 1817 para soportar los túnneles
La visita a la mina es guiada y tiene una duración aproximada de 1 a 1,5 hora. El recorrido comienza en la superficie con una introducción en el Museo de Historia de la Sabana, ubicado junto a la entrada. En este pequeño museo, el guía presenta fósiles de mastodontes y explica la geología e historia de la región, incluyendo cómo se formaron las salinas y cómo vivían las comunidades muiscas que explotaban la sal en tiempos prehispánicos. Tras esta contextualización, los visitantes se colocan un casco de seguridad y descienden al interior de la mina a través de las imponentes Puertas Alemanas – un sistema original de marcos en madera de eucalipto (de 3 metros de altura) instalado en 1817 para sostener los túneles. A medida que se desciende unos 80 metros bajo tierra por rampas y escaleras, se recorren cerca de 1,6 km de galerías acondicionadas. El ambiente subterráneo es fresco y húmedo, con un aire salino puro que, según explican los guías, tiene beneficios terapéuticos para las vías respiratorias y la piel. Durante el paseo se avanza sin prisa – el suelo puede ser resbaloso por la salmuera, por lo que se recomienda caminar con precaución – mientras el guía va narrando leyendas, datos científicos y anécdotas mineras que dan vida a cada espacio de la mina.
Espejos de salmuera en el interior de la Mina de Nemocón, cuyas aguas reflejan la iluminación y las formaciones salinas creando efectos visuales sorprendentes.

A continuación, se detallan los puntos destacados que se visitan dentro de la mina (las estaciones principales del recorrido):
Museo de Historia de la Sabana: Ubicado antes del descenso, exhibe fósiles prehistóricos (por ejemplo, restos de mastodonte) y presenta la evolución geológica de la sabana de Bogotá. A través de explicaciones basadas en estudios científicos (como los de Thomas van der Hammen), los visitantes aprenden sobre el origen de la sal en Nemocón, las antiguas comunidades muiscas y la economía del trueque que giraba en torno a este mineral. Esta introducción contextualiza la visita mostrando la importancia económica y cultural que tuvo la sal para la región desde tiempos inmemoriales.
Puertas Alemanas: Es la entrada histórica a la mina, conformada por grandes estructuras de madera de eucalipto instaladas en el siglo XIX (año 1817) para reforzar los túneles. Estas puertas, de unos 3 metros de alto, son originales de la época de la colonia tardía y su nombre se atribuye a técnicas mineras traídas por ingenieros europeos. Cruzar las Puertas Alemanas es como viajar en el tiempo: aún cumplen su función de sostenimiento, testimoniando la antigua arquitectura minera. Constituyen un escenario fotogénico al inicio del recorrido y representan el umbral entre el mundo exterior y las profundidades salinas de Nemocón.

Espejos de Salmuera: Uno de los atractivos más famosos de la mina. Son estanques subterráneos de agua salada (salmuera) dispuestos en cámaras, cuya quietud crea un efecto de espejo casi perfecto. Las luces instaladas en el techo y paredes se reflejan en la superficie del agua junto con las formaciones de sal, produciendo ilusiones ópticas impresionantes – por ejemplo, pareciera que el piso está a poca profundidad, cuando en realidad el fondo del pozo está varios metros más abajo. Hay 28 tanques de salmuera a lo largo de dos galerías de la mina, incluyendo el llamado Tanque de Santa Bárbara, considerado el espejo de salmuera subterráneo más grande del mundo con 15 metros de largo, 6 m de ancho y 5 m de profundidad. Estos espejos naturales, con sus aguas cristalinas cargadas de sal (314 gramos por litro), ofrecen un espectáculo mágico y son el sitio ideal para fotografías por sus reflejos simétricos y los colores que los iluminan. Sin duda, es una parada donde todos los visitantes sacan sus cámaras para captar el efecto “como es arriba es abajo” que encanta en redes sociales.

Cascada de Sal: A medida que se avanza, el guía señala una curiosa formación en una pared: la cascada de sal. Este fenómeno se produce por la filtración de agua dulce a través de las rocas salinas; el agua escurre lentamente y, al evaporarse, va depositando cristales de sal blanca que cuelgan de las paredes, asemejando una catarata petrificada. La cascada de sal de Nemocón lleva más de 80 años formándose de manera natural, y su apariencia algodonosa (como si fueran grandes bolas de nieve o de algodón adheridas a la roca) impresiona a los visitantes. Es un recordatorio visual de cómo la naturaleza sigue “viva” dentro de la mina, transformando el paisaje con el pasar de las décadas.
Pozo de los Deseos: En una de las cámaras inferiores se encuentra un pequeño pozo natural de agua salada apodado así por los mineros. La tradición indica que los visitantes pueden pedir un deseo al arrojar una moneda o simplemente al contemplar sus aguas. Este manantial subterráneo, además de su aura mística, demuestra la presencia continua de agua dentro de la mina. Aunque modesto en tamaño, el Pozo de los Deseos añade un elemento interactivo y simbólico al recorrido – muchos turistas aprovechan para tomarse fotos “pidiendo deseos” y los guías suelen contar historias de esperanza vinculadas a este rincón.

Capilla de la Virgen del Carmen: En el corazón de la mina se halla una capilla subterránea construida por los mineros. Fue inaugurada en 1968 en honor a la Virgen del Carmen, patrona de los mineros colombianos. El altar cuenta con una estatua de la Virgen con los brazos extendidos en señal de protección, y a sus pies descansa una enorme esfera de roca de sal de ~1300 kg que simboliza el mundo. Esta esfera fue tallada a mano por varios mineros como acto de fe, buscando la protección divina en sus peligrosas labores. La capilla también alberga figuras religiosas talladas en sal, entre ellas una representación del Señor Caído (Jesús con la cruz), que recrea una escena del Vía Crucis en este entorno mágico bajo tierra. Este espacio sagrado, con bancas y cruces salinas, se utilizaba antiguamente para oraciones y ceremonias: los mineros solían reunirse aquí los domingos para agradecer favores y rezar por su seguridad. Hoy en día, la capilla sigue emocionando a los visitantes por su atmósfera mística; muchos encienden velas o simplemente contemplan en silencio, renovando su fe a 80 metros de profundidad.

Cámara del Pálpito (Corazón de Nemocón): Posiblemente el símbolo más emblemático de la mina. En esta cámara cuelga del techo un enorme cristal de sal halita en forma de corazón, conocido como el Corazón de Nemocón. Pesa aproximadamente 1.600 kilogramos y es reconocido como el cristal de sal tallado más grande de Sudamérica. La historia tras este corazón es conmovedora: la roca fue descubierta en 1905 por un minero durante faenas de extracción, y décadas más tarde (en los años 1960) otro minero llamado Miguel Sánchez la esculpió pacientemente hasta darle la forma de un corazón humano. Hoy, una tenue luz roja de neón ilumina este corazón salino para simular un latido palpitante, símbolo del latir de la mina. La Cámara del Pálpito suele despertar el romanticismo de los visitantes – es común que parejas se tomen fotos bajo el corazón, e incluso ha sido escenario de propuestas de matrimonio dentro de la mina. Este colosal corazón de cristal representa el amor y el esfuerzo de generaciones de mineros, y definitivamente es un imperdible para fotografías.

Locación de la película “Los 33”: La Mina de Nemocón trascendió fronteras cuando fue elegida como set de filmación para Los 33 (2015), película que relata el dramático rescate de 33 mineros chilenos atrapados en la mina San José en Chile en 2010. Durante el recorrido, se visita la escenografía original utilizada en el rodaje de la película. Este espacio fue acondicionado para recrear la mina chilena y hoy los turistas pueden ver partes del montaje, incluyendo la cápsula de rescate “Fénix” utilizada para sacar a los mineros (una réplica de la cápsula real) y otros elementos del set. Los guías cuentan detalles interesantes del rodaje y cómo actores como Antonio Banderas estuvieron en Nemocón interpretando aquella historia verídica. Es un punto de gran interés, pues combina la realidad con el cine: los visitantes pueden imaginar las escenas de la película in situ y apreciar cómo la mina de Nemocón sirvió de doble para otra mina famosa. La presencia de la cápsula de rescate también invita a reflexionar sobre la valentía de los rescatistas y la hermandad minera a nivel mundial.
Salón de eventos y exhibiciones: Dentro de la mina existe un gran salón subterráneo que antiguamente era usado como punto de reunión para los mineros y que hoy funciona como auditorio multiusos. En este espacio, gracias a su acústica natural, se han realizado conciertos musicales, exposiciones de arte, conferencias y ceremonias especiales. El salón está equipado con iluminación y puede alojar eventos culturales únicos bajo tierra. Por ejemplo, se han presentado exposiciones de pintura y fotografía alusivas a la minería y conciertos de música sacra en épocas de Semana Santa. Para los visitantes diarios, cuando no hay eventos, el salón igualmente impresiona por sus dimensiones y porque muestra otra faceta de la mina: la de escenario cultural. Con frecuencia, los guías usan este lugar para agrupar a los grupos turísticos y compartir anécdotas, y a veces se proyectan audiovisuales breves sobre la historia de Nemocón.
Ciudad de las Estalactitas: En ciertas galerías menos transitadas, la mina revela su lado más geológico. Hay una sección donde el techo y las paredes están cubiertos de estalactitas y estalagmitas de sal, formaciones que han tardado más de un siglo en crecer. Estas estructuras salinas, de aspecto delicado, adoptan formas curiosas: algunas parecen helechos, lámparas, raíces o copos de nieve petrificados. La llamada “ciudad” o cámara de las estalactitas muestra cómo, gota a gota, la naturaleza crea arte dentro de la mina. Los guías iluminan con sus linternas estos rincones para que los visitantes observen de cerca los cristales colgantes y comprendan el lento paso del tiempo bajo tierra (se estima que crecen apenas 1 a 3 centímetros por año). Es un sitio que deleita a los aficionados a la geología y agrega valor educativo al recorrido.

Cámara de Humboldt: Llamada así en honor a Alexander von Humboldt, esta cámara recuerda la visita del célebre naturalista a las salinas de Nemocón en 1801. Se dice que Humboldt estudió la geología local y promovió técnicas mineras más seguras, por lo que se le dedica este espacio. La cámara en sí contiene paneles informativos y quizá alguna estatua o placa conmemorativa (dependiendo de la museografía actual). Aunque no presenta estructuras muy llamativas, destaca por su valor histórico, ya que conecta la mina con la historia de la ciencia y la exploración en Colombia. Los guías suelen aprovechar este punto para comentar la influencia de Humboldt en la minería americana y su papel en impulsar la explotación subterránea (que derivó, años después, en la construcción de las Puertas Alemanas).
Puertas Alemanas (salida): Al final del recorrido, tras descubrir todos los tesoros subterráneos, los visitantes regresan a la superficie saliendo nuevamente por las Puertas Alemanas. En este punto, usualmente los ojos ya se han acostumbrado a la penumbra salina, por lo que la luz natural del día al cruzar la salida sorprende gratamente. Afuera, se suele agradecer y despedir al guía. Muchos visitantes aprovechan para tomarse una foto final en la entrada de la mina, junto al letrero o las estructuras de madera, como recuerdo de la aventura vivida.

Como complemento, algunos guías también sugieren visitar atractivos exteriores tras el recorrido. Justo sobre la mina se encuentra el Mirador del Árbol de los Sueños, un punto en lo alto de la colina que ofrece vistas panorámicas del pueblo de Nemocón. Este árbol legendario se relaciona con la historia del cacique muisca Nemequene, quien según la tradición tuvo bajo sus ramas un sueño premonitorio sobre la llegada de los españoles. La subida al mirador es breve y permite reflexionar al aire libre luego de la experiencia subterránea. Igualmente, el pueblo de Nemocón en sí mismo merece un recorrido: su Parque Principal con la Iglesia de San Francisco de Asís (templo colonial), las casas de arquitectura tradicional y sitios como el Museo de la Sal (antigua casa del encomendero, erigida en 1665) complementan la visita cultural. En suma, la Mina de Sal de Nemocón ofrece un recorrido completo y enriquecedor, donde naturaleza, historia, aventura y cultura convergen para brindar una experiencia turística única en Colombia.
Información práctica para visitantes
A continuación se presenta información útil para planificar la visita a la Mina de Sal de Nemocón, incluyendo cómo llegar, horarios, tarifas y consejos para aprovechar al máximo el recorrido.

Ubicación y cómo llegar
La Mina de Sal de Nemocón se ubica en el municipio de Nemocón, departamento de Cundinamarca, aproximadamente a 50–65 km al norte de Bogotá. El trayecto por carretera toma alrededor de 1 hora a 1 hora y media, dependiendo del tráfico. Nemocón es fácilmente accesible desde la capital y existen varias opciones de transporte:
En vehículo particular: Tome la Autopista Norte de Bogotá y salga por la vía a Tunja (Ruta Nacional 55). Se recomienda la ruta pasando por Chía, Cajicá y Zipaquirá hasta Nemocón. El recorrido en auto dura aproximadamente 75 minutos desde Bogotá en condiciones normales. En la vía hay un peaje (tarifa alrededor de $8.400 COP) antes de Zipaquirá. La mina está bien señalizada en Nemocón y cuenta con estacionamiento cercano. Tip: Es útil seguir las indicaciones de aplicaciones de mapas (Google Maps, Waze) – incluso en el sitio web oficial existe un enlace de “Cómo llegar” para guiarse con GPS.
En transporte público (bus): Desde Bogotá, diríjase al Terminal de Transporte Salitre. Actualmente salen buses directos a Nemocón (empresa Alianza) en horarios fijos por la mañana, típicamente a las 8:45 a.m. y 10:00 a.m.. El pasaje cuesta en torno a $7.000–$8.000 COP por persona y el viaje dura ~1 hora 20 minutos. Alternativamente, puede tomar un bus intermunicipal en la estación Portal Norte (Terminal del Norte) de Bogotá con destino a Nemocón (salen con mayor frecuencia). Este bus desde el Portal Norte cuesta alrededor de $12.000 COP y tarda cerca de 1 hora en llegar. Otra opción es tomar cualquier bus hacia Zipaquirá (muy frecuentes desde Portal Norte) y allí hacer conexión: en la terminal de Zipaquirá salen buses o vans hacia Nemocón aproximadamente cada hora (costo ~$5.000 COP). Esta ruta segmentada puede ser útil si no coincide con los horarios directos. Al llegar a Nemocón, la mina está a pocas cuadras del parque principal del pueblo (se puede ir caminando o en mototaxi local).
En tren turístico: Los fines de semana y festivos existe la opción de tomar el Tren Turístico de la Sabana (Turistren), un pintoresco tren de vapor o diesel que sale de Bogotá en la mañana. Usualmente el tren tiene destino principal Zipaquirá, pero algunos paquetes incluyen traslado a Nemocón. Por ejemplo, se ofrece un pasaje de tren hasta Zipaquirá y desde allí buses shuttle hasta la mina de Nemocón, con entrada incluida, por alrededor de $60.000 COP por adulto (tarifa reducida ~$54.000 para niños y mayores de 60). Es un plan atractivo para quienes deseen disfrutar un recorrido escénico en tren, aunque toma más tiempo (el tren tarda ~3 horas hasta Zipaquirá). Se recomienda verificar la disponibilidad y horarios del Turistren en su página oficial o en agencias de turismo locales.
En taxi o vehículo de transporte privado: Un taxi desde Bogotá a Nemocón puede costar aproximadamente $120.000–$130.000 COP (precio 2023-2024) por trayecto. Servicios de transporte por apps pueden variar, pero es una opción cómoda para grupos pequeños o familias, permitiendo flexibilidad de horario. El tiempo de viaje en auto es similar (1h15m). Conviene negociar la tarifa previamente con el conductor si es un taxi convencional.
Una vez en Nemocón, la mina es fácil de encontrar: su dirección oficial es Cl. 2 No. 1-80 (Nemocón) y hay señalización en el pueblo. Queda sobre una colina baja al oriente del casco urbano, a unas dos cuadras de la plaza principal. El acceso peatonal es por un camino que sube unos metros hasta la entrada, donde está la taquilla y la boca de la mina. Nota: Nemocón se sitúa a 2.585 metros sobre el nivel del mar, con clima de tierra fría (temperatura promedio ~13 °C). Vístase abrigado al llegar, aunque dentro de la mina la temperatura se mantiene estable y ligeramente más cálida que afuera.
Horarios y tarifas de entrada
Horario de apertura: La Mina de Sal de Nemocón está abierta todos los días de la semana, de 9:00 a.m. a 5:00 p.m.(incluidos domingos y festivos). Se recomienda llegar antes de las 3:30 p.m. para poder entrar con calma, ya que el último ingreso guiado suele ocurrir alrededor de las 4:00 p.m. (el recorrido toma ~1 hora y algo). En temporada alta o fines de semana, es aconsejable programar la visita en la mañana para evitar aglomeraciones y aprovechar mejor las instalaciones. Dato extra: En ocasiones especiales (por ejemplo Semana Santa) han llegado a organizarse recorridos nocturnos con grupos reducidos pero normalmente las visitas son únicamente en el horario diurno estándar.
Tarifas de entrada: El costo de la entrada varía según la nacionalidad y categoría del visitante (los precios son en pesos colombianos, COP). A continuación, se presentan las tarifas oficiales actualizadas (2024-2025)
Categoría | Tarifa Nacional | Tarifa Extranjero |
Adulto (13-59 años) | $42.000 COP | $50.000 COP |
Niño (4-12 años) | $30.000 COP | $45.000 COP |
Adulto mayor (60+ años) | $30.000 COP | $45.000 COP |
Persona con discapacidad | $30.000 COP | $45.000 COP |
Notas sobre las tarifas: Los niños menores de 4 años generalmente entran gratis (aunque pueden no recomendar el ingreso de niños muy pequeños por seguridad). Las personas con discapacidad cuentan con tarifa reducida, pero es importante considerar que el recorrido no es totalmente accesible en silla de ruedas (hay zonas estrechas y escaleras; se sugiere consultar previamente si se requiere asistencia especial). En algunos casos existen tarifas especiales para grupos grandes, instituciones educativas o acuerdos corporativos, las cuales se pueden coordinar con anticipación con la administración de la mina.
La entrada incluye un tour guiado completo en español, conducido por guías locales capacitados. Los guías acompañan a los visitantes durante todo el recorrido, brindando explicaciones en cada estación y velando por la seguridad. Si bien la mayoría de guías se expresan en español, algunos pueden ofrecer resúmenes en inglés para visitantes extranjeros; no obstante, si requiere un guía 100% bilingüe es recomendable consultar con antelación (o llevar traducción básica preparada). El casco de seguridad es provisto sin costo adicional a cada visitante al iniciar la visita, y es obligatorio usarlo dentro de la mina. No se necesita ningún otro equipo especial, ya que el camino está adecuadamente iluminado y acondicionado.
En el valor de la entrada también están incluidos algunos servicios básicos: acceso al museo, recorrido por todos los atractivos internos y seguro de asistencia (poliza turística) durante la estancia. No hay transporte interno porque todo el recorrido es peatonal; se camina a paso moderado y hay zonas de descanso en las diferentes cámaras. Al finalizar, los visitantes pueden permanecer en el área externa donde hay una tienda de recuerdos y una cafetería pequeña con baños disponibles.
Para quienes deseen, la compra de entradas en línea es posible a través de la página web oficial o plataformas turísticas autorizadas, lo que puede ahorrar tiempo en taquilla. Las entradas adquiridas en línea suelen tener vigencia hasta el final del año en curso de la compra. En taquilla física se aceptan pagos en efectivo y generalmente tarjetas débito/crédito (es aconsejable llevar algo de efectivo por si hay fallas de conexión).
Servicios y recomendaciones para la visita
Duración y ritmo: El recorrido estándar dura alrededor de 1 hora y 15 minutos dentro de la mina. Es un trayecto relativamente corto, de baja dificultad, por túneles amplios. La pendiente de bajada es suave y el ascenso de regreso no suele fatigar en exceso, pero lleve calzado cómodo antideslizante – preferiblemente zapatos cerrados con buena suela – ya que algunas superficies pueden estar húmedas o resbalosas por la salmuera. Se recomienda no correr ni separarse del grupo, y atender las indicaciones del guía, especialmente al subir o bajar escaleras.
Clima y vestimenta: Dentro de la mina la temperatura se mantiene fresca, en torno a 14–16 °C. Por ello es aconsejable llevar una chaqueta ligera o suéter incluso si afuera hace sol, para evitar sentir frío en las profundidades. La humedad relativa es alta bajo tierra, pero no al punto de mojar la ropa. Fuera de la mina, Nemocón tiene clima frío andino (días templados si hay sol y noches frías), así que vístase en capas y use bloqueador solar si recorrerá el pueblo o el mirador al aire libre. Un gorro o sombrero no está de más para el exterior, aunque dentro de la mina no se necesita casco propio pues le proporcionarán uno.
Mejor época para visitar: La mina es un atractivo todo el año, ya que su ambiente interior no depende del clima exterior. Sin embargo, en temporadas de lluvias fuertes (abril-mayo, octubre-noviembre) las carreteras pueden tener mayores demoras; en esos meses prefiera visitar en horas de la mañana. Los fines de semana y feriados suelen recibir más visitantes (colas más largas e ingresos por grupos). Si busca una experiencia más tranquila, intente ir en un día de semana o temprano en la mañana en sábado/domingo. Los meses de vacaciones (mitad y fin de año) también son alta afluencia, así que planifique con tiempo. Tip: Los guías manejan grupos de tamaño controlado; si su grupo es muy grande, se dividirá para garantizar que todos escuchen bien y avancen cómodamente.
Reserva y puntualidad: Aunque no es obligatorio reservar en días normales (puede llegar y comprar tiquete en sitio), es posible reservar entradas en línea para asegurar el cupo a una hora determinada, especialmente útil en pandemia o si hay restricciones. Si tiene reserva para un horario específico, llegue con al menos 15 minutos de anticipación para canjear boletos y prepararse. Si no tiene reserva, igualmente trate de llegar temprano en el día para no depender del último horario de ingreso.
Alimentación y servicios: En la superficie, junto a la entrada de la mina, encontrará un café/restaurante que ofrece bebidas calientes, refrescos y snacks típicos (y platos sencillos en horario de almuerzo). También hay tiendas de recuerdos donde venden artesanías locales de sal (lamparitas, cristal de sal de Nemocón), camisetas, postales y productos como sales de baño. Los precios son razonables y las compras apoyan a la comunidad local. Los servicios sanitarios (baños) están disponibles tanto en la entrada como a la salida; es recomendable utilizarlos antes de descender, pues no hay baños dentro de la mina durante el recorrido.
Seguridad: La mina de sal es un lugar seguro para el turismo: cuenta con ventilación natural, sistemas eléctricos certificados y personal de socorro disponible. Aun así, no se permite ingresar en estado de embriaguez ni con sustancias que alteren la conciencia, por razones obvias de seguridad. Tampoco se permite fumar dentro de las instalaciones. Los visitantes deben permanecer con el grupo guiado; salirse de las rutas designadas está prohibido. Los menores de edad deben estar bajo supervisión de un adulto en todo momento. Si alguien en el grupo sufre de claustrofobia severa, asma u otra condición que pudiera agravarse bajo tierra, es mejor consultarlo con los guías antes de entrar – en general, la mina tiene espacios amplios y bien ventilados, por lo que no suele causar problema, pero cada persona se conoce mejor. Para primeros auxilios, el personal cuenta con botiquín y hay servicio médico en el centro de salud de Nemocón a pocos minutos, si llegara a requerirse.
Fotografía: Está permitido tomar fotos y videos dentro de la mina, ¡así que lleve su cámara o celular bien cargado! La iluminación escénica en algunos lugares es tenue, por lo que si es posible ajuste su cámara a modos nocturnos o use trípode/estabilizador para mejores resultados. Se puede usar flash en la mayoría de áreas, salvo indicación contraria del guía (por ejemplo, en la capilla pueden pedir discreción). Las fotos populares para el recuerdo son junto al Corazón de Nemocón, frente a los espejos de salmuera (jugando con el reflejo) y en la cascada de sal. También el túnel de entrada con las vetas de sal es una postal típica. No está permitido tocar directamente las formaciones de sal (para preservarlas), ni arrojar monedas fuera del Pozo de los Deseos, ni por supuesto rayar paredes. Siguiendo estas normas, podrá obtener imágenes espectaculares sin impacto negativo al lugar.
Otros consejos: Lleve agua para hidratarse tras la visita (dentro de la mina no se siente mucho calor, pero al salir podría tener sed). Si lo desea, puede llevar dulces o chocolate para mascar durante la subida final, aunque el esfuerzo no es excesivo. El efecto del ambiente salino a veces deja un ligero sabor en los labios, pero no se debe probar la sal de las paredes ni del agua, por higiene. Al finalizar, considere dar una vuelta por el pueblo: Nemocón tiene restaurantes de cocina local (se destaca la trucha y el ajiaco en la región) y tiendas de artesanías textiles (famosos pañolones de macramé). Finalmente, prepárese para una experiencia inolvidable: recorrer la Mina de Sal de Nemocón es adentrarse en las entrañas de la tierra para descubrir un tesoro histórico y natural de Colombia.
¡Buen viaje!

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